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"Las Pelilargas": Irina Werning exhibe 20 años de fotos sobre el simbolismo del pelo largo en comunidades ancestrales

"Las Pelilargas": Irina Werning exhibe 20 años de fotos sobre el simbolismo del pelo largo en comunidades ancestrales

La historia entre Irina Werning y las Pelilargas empezó hace casi 20 años, cuando en un afán por aventurarse, viajó al norte del país. Antes de eso, cuando apenas tenía 21 años y acababa terminar la carrera de Economía, sintió el deseo de conocer el mundo y descubrir algo que realmente la apasionara. "Sentía que me faltaba algo que realmente me gustara. Por eso cuando de casualidad descubrí la fotografía, porque nadie en mí familia lo hacía ni me habían regalado una cámara de chica como le pasó a otros fotógrafos, descubrí un nuevo mundo", dice.

En el 2006 llegó a los pueblos del norte de la Argentina, dónde quedó cautivada por las mujeres usaban el pelo muy largo. al no saber cómo vincularse con ellas, se le ocurrió inventar concursos que promocionaba a través de afiches escritos a mano con troqueles que tenían su número de teléfono y que pegaba en los mercados, hospitales, escuelas y lugares de alta concurrencia.

Así se fueron armando las primeras juntadas donde Irina retrataba a las chicas de manera muy suelta, sin pensar que este sería el comienzo de un largo proyecto con un trasfondo muy profundo y personal.

Fotografía de Irina Werning en el Teatro Colón, forma parte de la muestra "Las Pelilargas", en Fundación Larivière. Foto: gentileza.Fotografía de Irina Werning en el Teatro Colón, forma parte de la muestra "Las Pelilargas", en Fundación Larivière. Foto: gentileza.

Cultura ancestral

"Después de diez años empecé a mostrar las fotos y a darles forma. Entrevisté a mujeres mayores de las comunidades y aprendí que el pelo largo era una parte importante de la cultura ancestral", explica Werning y relata que otro factor que también llamó su atención fue que esas comunidades latinoamericanas vivieron muchas olas migratorias a lo largo de los años que llevó a qué sus saberes se mezclaran con la herencia occidental, hasta que la idea del pelo largo fue adoptada como un aspecto de la cultura general del continente.

"Comparado a otras partes del mundo, las mujeres acá usan el pelo más largo. Es un atributo especial para algunos y un símbolo de los femenino para otros", sostiene.

Fotografía de Irina Werning en el Club Hípico Buenos Aires, forma parte de la muestra "Las Pelilargas", en Fundación Larivière. Foto: gentileza.Fotografía de Irina Werning en el Club Hípico Buenos Aires, forma parte de la muestra "Las Pelilargas", en Fundación Larivière. Foto: gentileza.

Esa introducción a los códigos y rituales de las culturas del norte la llevaron a hacer un registro fotográfico antropológico, donde reflejaba la relación entre el pelo y el universo de las ideas como algo absolutamente entrelazado.

¿Por qué usan el pelo largo? ¿Qué significa cortarlo? ¿Puede ser tocado por otras personas? ¿Es un signo de feminidad? A primera vista parece haber más preguntas que respuestas frente a las imágenes que cuelgan en las salas de la Fundación Larivière.

Fotografía de Irina Werning en Beccar, forma parte de la muestra "Las Pelilargas", en Fundación Larivière. Foto: gentileza.Fotografía de Irina Werning en Beccar, forma parte de la muestra "Las Pelilargas", en Fundación Larivière. Foto: gentileza.

Sin embargo, Werning ha aprendido tanto a lo largo de estos años junto a ellas que se transformó en la interlocutora ideal.

Los primero viajes que hizo en el 2006 dieron como resultado una serie de fotografías analógicas en blanco y negro donde las mujeres y niñas no miran a cámara, ya que Werning prefería reservar sus identidades. Luego apareció el color, cuando por una cuestión de tiempo empezó a trabajar con cámaras digitales, además del deseo de conocer otras latitudes.

En cada una de las comunidades que visitó existía un punto en común; el pelo cómo símbolo de la vida, el conocimiento y las ideas, un cable que comunica. Existía también el vínculo sagrado a puertas cerradas que se pasa de generación en generación, dónde las abuelas y madres cuidan del pelo de sus hijos y transmiten sus saberes y consejos.

Fotografía de Irina Werning en el Club Hípico Buenos Aires, forma parte de la muestra "Las Pelilargas", en Fundación Larivière. Foto: gentileza.Fotografía de Irina Werning en el Club Hípico Buenos Aires, forma parte de la muestra "Las Pelilargas", en Fundación Larivière. Foto: gentileza.

Esos encuentros no suceden en espacios sociales, como las peluquerías, sino que son íntimos y sagrados.

Aún así, hay algo de la reunión alrededor del cabello y la defensa de la cultura que recuerda al trabajo de la artista y activista social sudafricana Zanele Muholi, que habla acerca del orgullo y la identidad de su comunidad por medio de los peinados y cómo las personas encuentran cobijo socio-político y transmiten sus conocimientos incluso en momentos de censura, en lugares cotidianos como puede ser una peluquería aunque sea armada de forma precaria en la cocina de la casa de alguna vecina, dónde el poder de aquello que comunican puede pasar desapercibido.

Fotografía de Irina Werning en Dock Sud, forma parte de la muestra "Las Pelilargas", en Fundación Larivière. Foto: gentileza.Fotografía de Irina Werning en Dock Sud, forma parte de la muestra "Las Pelilargas", en Fundación Larivière. Foto: gentileza.

En el caso de las comunidades originarias latinoamericanas también está presente la cuestión de recuperar y sentir orgullo por la representación de lo que identifica a su pueblo. Werning comprendió eso cuando viajó a Ecuador y descubrió a una nueva generación de hombres con el pelo muy largo, que a diferencia de sus padres que se lo habían cortado pensando que sólo así tendríamos mejores oportunidades en la vida, vuelven a conectarse con sus raíces como un signo de orgullo y descolonización.

Puestas en escena planeadas

En esa serie de fotos, que pertenecen a una etapa en la que la fotógrafa empezó crear imágenes como puestas en escena planeadas, dónde los retratados ocupan un lugar central y directo, hay fotos que enamoran como la de una pareja frente a un corazón hecho de flores de plástico y otras bizarras y poderosas como la de tres cabezas que flotan en un mar de pelo.

Fotografía de Irina Werning en Dock Sud, forma parte de la muestra "Las Pelilargas", en Fundación Larivière. Foto: gentileza.Fotografía de Irina Werning en Dock Sud, forma parte de la muestra "Las Pelilargas", en Fundación Larivière. Foto: gentileza.

Allí surgen preguntas acerca de cómo sucede la complicidad entre ella y sus retratados, ya que Werning no puede tocarles el pelo.

En esa misma línea, se encuentra un gran cuerpo de obras con escenas casi surrealistas donde trabajó con mujeres que conoció principalmente en Buenos Aires. Una se hace presente con la cabeza llena de moños de regalo, otra con su larga cabellera colgando de una percha, otras tres son protagonistas de na escena en un living, donde tres melenas frondosas cuelgan de una escalera.

Fotografía de Irina Werning enDock Sud, forma parte de la muestra "Las Pelilargas", en Fundación Larivière. Foto: gentileza.Fotografía de Irina Werning enDock Sud, forma parte de la muestra "Las Pelilargas", en Fundación Larivière. Foto: gentileza.

Son escenarios diversos, desde el Teatro Colón hasta sus propias casas, el living de amigos de Irina, museos e incluso un bar al que llegó después de que Vanessa Bell, curadora de la muestra, compartiera una foto en Instagram y que llamó su atención. Desde hace tiempo hay una amistosa complicidad entre ambas, algo que se percibe en "Las Pelilargas".

Por último, una enorme tijera conduce a una pequeña sala, donde se presenta la historia de una niña a quien Werning retrató durante la pandemia. Ella hizo una promesa: se cortaría su largo pelo cuando los chicos pudieran regresar a clases. Cuando eso sucedió, cumplió con su palabra y Werning fue testigo de ese poderoso acontecimiento.

La única imagen de una cabellera que no llega hasta el piso dialoga con una invitación para conocer la iniciativa de Un pelito más fácil, que confecciona pelucas de pelo natural para personas que están atravesando un tratamiento oncológico. Para aquellos interesados, la consigna es muy simple: donar la cantidad de pelo que quieras, llevarla a la muestra y sumarse a una comunidad que construye y ayuda.

Las pelilargas, de Irina Werning, se puede visitar en Fundación Larivière (Caboto 564), de jueves a domingo, de 12 a 19.

Clarin

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